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Noticias sobre Ávila

Los pasos de peatones de Ávila

En Ávila, los pasos de peatones son un fenómeno inexplicable que ha desafiado a la ciencia moderna. Mientras el mundo debate sobre la física cuántica, aquí seguimos preguntándonos por qué sus habitantes cruzan sin mirar.
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Ávila es un rincón lleno de misterios y fenómenos paranormales que científicos de todo el mundo han venido a estudiar. Hoy analizamos una de esas grandes incógnitas que hacen referencia al uso de los pasos de peatones en esta ciudad castellana.

En las últimas décadas, millones de científicos y eminentes investigadores de todo el mundo han acudido en hordas desesperadas a nuestra capital, con el objetivo de dar respuesta a uno de los temas más oscuros, controvertidos y polémicos de toda la humanidad: los pasos de peatones.

Sí, amigos y amigas, porque a pesar de los intentos de las mentes más privilegiadas del planeta, a día de hoy nadie ha logrado resolver ese terrible misterio. Testigos que no han querido desvelar su identidad, hablan de extraños sucesos en torno a estas antiquísimas pinturas urbanas. ¿Realidad? ¿Mito? Nunca lo sabremos con certeza.

El misterio de los pasos de peatones de Ávila

Desde los albores de nuestra civilización, la preferencia en las calles ha sido punto de discusión en los más ilustres foros, desde la antigua Grecia y llegando incluso hasta nuestros días. Vehículos y peatones se enfrentaron en cruentas guerras medievales, con la única ambición de saber quién tenía que esperar a que el otro pasara. Pero cuando el resto del mundo se reunió con la IUPAC para aceptar que los peatones solo podían caminar con el semáforo en verde o mirando en los pasos de cebra que no viniera ningún coche, se ve que lo que es en Ávila nadie se acordó de ir.

Desde ese momento, los abulenses han ido desarrollando una terrible enfermedad que se va acentuando con la edad y que es conocida como el síndrome de Pordondemedalagana. Es una extraña mutación en los genes, que hace que el paisano común se lance a atravesar cualquier vía urbana sin temor alguno a ser atropellado. Tras muchos siglos de evolución, la sociedad abulense puede decir orgullosa que es la única del mundo donde es el conductor quien espera a que el peatón pase y no al revés.

Según un estudio realizado por el reconocido experto en pasodepeatonología, el Doctor Rufus Steward de la Universidad de Muñana, el principal grupo social afectado por esta sintomatología corresponde a las señoras con el pelo cardado, de edad comprendida entre los setenta y cinco y los doscientos años. «Pudimos comprobar en un test que la Señá Teresa Jiménez cruzó la calle más de trescientas veces en un día y no miró a ambos lados ni una sola vez. Por un momento giró el cuello a la derecha, pero fue para sacar del bolso una bolsa del Mercadona porque estaba empezando a llover y le había salido muy cara la peluquería. Ah, eso sí, el cardado se mantuvo intacto a la conclusión del proceso» indicó abrumado ante tal evidencia.

¿Cómo se cruzan los pasos de peatones en Ávila?

Pero indaguemos más acerca de cómo se desarrolla esta enfermedad. El sujeto T (de Teresa Jiménez) suele actuar siempre de la misma manera. En primer lugar, pone en marcha un movimiento rectilíneo uniforme, que en el mejor de los casos puede llegar a un metro cada dos segundos y comienza a caminar, con su bolso agarrado como si no hubiera mañana. En muchas ocasiones tienen cierto tambaleo lateral y van musitando para sí distintos improperios acerca de lo locos que van los jóvenes con los coches o de lo caros que están los jureles en la pescadería (este último punto no se sabe a ciencia cierta).

A continuación, pasamos al momento denominado «El lanzamiento». Un lapso de microsegundos, imperceptible para el ojo humano, pero clave en el devenir de los siguientes pasos. El sujeto T acelerará su marcha a velocidades insospechadas, para poder recorrer la distancia que le separa de la calle y, una vez situada en la posición idónea, sin mirar, se dispone a cruzar por el paso de peatones.

A partir de ahí, el coche puede hacer dos cosas:

A) Parar y esperar los siguientes tres minutos, a que la señora llegue al otro lado, mientras que protesta y mira por encima del hombro porque no has parado un kilómetro antes, lo cual te convierte en un potencial asesino.

B) Continuar tu marcha y pasar a considerable distancia del sujeto y sufrir sus gritos porque no has parado y esto te convierte en un asesino total.

Este hecho puede tener diversas reacciones, por ejemplo en la versión masculina puede ir acompañada de alzamiento de garrote y/o golpeo en el chasis del vehículo. Además, los encuentros con este tipo de sujetos suelen producirse cuando más prisa tiene uno y cuanta menos paciencia queda.

Sin embargo, son muchos más los encuentros fortuitos que uno puede tener en los pasos de peatones abulenses. Existen otros, como el mito de los peatones aparecidos, que sostiene que en algunas calles de la ciudad, estos brotan de la nada y esperan agazapados a que decidas pasar por su posición.

Así que, si quieres un consejo, cuando salgas por Ávila ya sabes, para, mira y cruza… ¡Si eres un conductor, claro!

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