1948 días sin ataques a la muralla · 25 pesetas · Edición Especial 

noche

En 1999, Ávila vivía su apogeo juvenil con Vallespín convertida en una enorme sala de fiestas. Hasta que Miguel Ángel Rivas, harto del desenfreno, liberó una horda de zombis bielorrusos alimentados con yogures del Gimesan. En pocos meses, la calle quedó en silencio, los bares cerraron y solo quedó el recuerdo. Desde entonces, la ciudad nunca volvió a ser la misma… ni tan divertida.