Las costumbres de Ávila no se explican, se viven. O se sufren. En esta sección recogemos hábitos, tradiciones y rarezas de la vida abulense, desde el paseo de las doce hasta los saludos que duran más que una misa. Aquí analizamos con humor cómo es la vida cotidiana en Ávila: por qué la gente se abrigaba en agosto antes de que existiera el cambio climático, qué se considera una buen pincho, o por qué ir al bar no es ocio, sino rutina sagrada.
Descubre expresiones locales, costumbres curiosas y comportamientos que hacen de Ávila un lugar único, gente que madruga para pasear por el Rastro, que critica pero ayuda, y que defiende su banco de la plaza como si fuera herencia familiar. Si te interesa la cultura popular de Ávila contada desde dentro —con mala leche y cariño—, esta sección es tu entrada al costumbrismo abulense más puro.