Hace apenas unos años el siguiente dato causaría burla entre los lectores, pero la realidad es que en este mes de diciembre más del 10% de los abulenses se declara independentista.
La radicalización de esa parte de la sociedad tiene sus motivos. Ellos denuncian que el Estado español «no roba a Ávila porque no puede» y lo califican de «vergonzoso». Teodoro Somoza, líder del partido AEN (Ávila en Solitario), denunció a este medio la asfixia a la que somete el gobierno a los abulenses. «Nos ningunean. Como no tenemos nada, tampoco nos pueden robar. Nosotros queremos un trato igualitario. ¡Gritar bien alto que España nos roba! ¡Es nuestro derecho legítimo!». Pero al toparse una y otra vez con el ostracismo de Madrid, cada vez son más las voces que se unen a este movimiento. «Queremos fundar nuestro propio país, constituido en estado democrático-dictatorial y con la república monárquica como forma de gobierno. Así podremos robarnos a nosotros mismos y salir en ‘Al rojo vivo’ todas las semanas».
El auge del independentismo en Ávila
Uno de los grupos más extremos de la provincia es el de «Los abuelos que pasean por El Rastro». Sus miembros han decidido caminar en sentido contrario a las agujas del reloj como forma de protesta. «Están acabando con la tranquilidad de la ciudad con sus actos violentos», afirmaba una vecina preocupada al ver cómo cinco de sus miembros giraban a izquierdas al llegar al arco. En su caso, su protesta va mucho más allá de lo planteado por el AEN. Entre otras cosas, reclaman un país en el que Ávila aparezca en los telediarios para otras cosas que no sean el tiempo, que se deje de confundir abulense con avileño o que la vida nocturna de la ciudad sea más animada. «Queremos salir de fiesta. Esto de los paseos está muy bien, pero aburre», declaró el señor Tomás totalmente indignado, mientras nos muestra con melancolía una vieja entrada del malogrado bar de copas Árbore.
El Presidente del Gobierno ha dejado abierta la posibilidad de una hipotética independencia. Al ser preguntado por el tema contestó: «¿Ávila? ¿Pero eso está en España?». Un comentario que da esperanzas de entrar incluso en el mercado común. «Tenemos el Mercado Grande, el Mercado Chico y dos que se montan los viernes, el de las frutas y el de la ropa; encajaríamos perfectamente», declaró entusiasmado el líder de AEN.
Un país con Mercado Grande y sueños aún más grandes
La realidad es que un país abulense dentro de la UE se convertiría en el más pequeño, muy por debajo de Malta o Luxemburgo con sus 160.000 habitantes. Sin embargo, podría alcanzar acuerdos similares a los de San Marino (33.000 hab), Liechtenstein (38.000 hab) o Andorra (78.000 hab). El mayor hándicap sería la captación de ingresos, pero para Teodoro Somoza hay una solución clara: «abrir las puertas a los rechazados por el sistema». Eurovegas, Bárcenas, Jordi Pujol, Urdangarín e incluso el primer disco de Emilio Aragón tendrían una segunda oportunidad en la nueva nación.
Pese al disparate que parece, se descubren ciertos posos de sensatez. Poco se puede robar en sanidad ya que multitud de pacientes se ven obligados a llevar sus tratamientos en otras ciudades. De hecho, en los últimos años han vuelto a proliferar los curanderos que a base de saliva y tocamientos solucionan las enfermedades. En cultura se hacen milagros con casi nada. Las comunicaciones no pueden ir a peor (bueno, siempre se puede ir a peor si de Ávila hablamos). Tampoco se puede malversar con la construcción y con las empresas está complicado. Y sí, Jacob Petrus solo nos saca en «Aquí la tierra» cuando nieva. «Si algunas comunidades dicen que no se invierte en ellas, les invitamos a dar un paseo por la nuestra», sugiere indignado Somoza mientras espera el tren hacia Madrid, con más de veinte minutos de retraso.
La aparentemente utópica idea de los Paisos Olvidats realmente existe. Nació con el planteamiento de unificar tres de las provincias más olvidadas del estado español: Teruel, Soria y Ávila. Según los estudios realizados por la Pradosegar University, existen datos del siglo XV que afirman la vinculación de las tres provincias en un solo reino. «Fue entre las 12:00 y las 12:05 del 12 de octubre de 1492. Tres amigos de sendas provincias lo dijeron a hurtadillas mientras tomaban unos pinchos en El Palomar. Y es por eso que todos los años en Ávila, Soria y Teruel es festivo ese día». Locura o no, lo cierto es que este movimiento crece día tras día a pasos agigantados. El caso ya ha llegado a Bruselas, donde no les han hecho ni caso, pero «han comido un chocolate muy bueno» según la AEN.