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Noticias sobre Ávila

El Zara en Ávila

Hay heridas que no cierran: la llegada del AVE, el peaje a Madrid… y, sobre todo, la ausencia de un Zara. El rumor de su inminente apertura ha sido el opio del abulense medio durante décadas. Cada local en obras es, en potencia, la sede del sueño textil que nunca llega.
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Abuelo y nieto viviendo con intensidad la posible apertura de un Zara en Ávila
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La vida tiene algunas deudas históricas con Ávila que nunca se olvidan. El Tour que nunca ganó el Chava, la llegada del AVE, la eliminación del peaje a Madrid… Pero hay una que las supera a todas. Una que está tan clavada en lo más profundo de los abulenses: la ausencia de un Zara.

Científicos de todo el mundo han estudiado este fenómeno y hasta la fecha solo se han obtenido teorías. No se saben a ciencia cierta los motivos, pero la única realidad es que la marca de Amancio Ortega nunca ha llegado a Ávila.

Una de las teorías más comentadas es la sostenida por el doctor Timmo Scheidder, que apunta a un bloqueo desde la Comunidad de Madrid.

«Es una lucha de poderes en la que también están presentes los Illuminatis. Quieren que los abulenses mantengan la necesidad de ir a Madrid y saben que esa es la pieza más preciada de su comercio junto con el Primark. Poco a poco han ido haciendo concesiones, pero siempre de bajo calado. Cuando McDonald’s estaba por toda España, aquí llegó Telepizza. Cuando por fin lo pusieron, llegó la moda por la dieta sana. Siempre dan a Ávila lo chupado, lo que nadie quiere. Al final, para comprar en Zara tienes que cruzar Guadarrama».

En esa misma línea también se apunta a Renfe como parte interesada. Si bien es cierto que tienen asegurada la venta de billetes por parte de todas aquellas personas que no quieren encontrarse con sus exparejas, trabajadores y estudiantes, hay otro grueso de abulenses que necesitan un aliciente para subirse a un Media Distancia. Bajo la premisa de que en Ávila no hay nada, Renfe juega sus cartas para ganar más pasajeros. El mismo doctor Scheidder apunta a las duras presiones de Renfe sobre Inditex para que no llegase nunca Zara a la ciudad amurallada.

Y la tercera de las teorías más importantes es la abulensifobia de Amancio Ortega, muy vinculado con Segovia y que en privado no deja de mofarse de Ávila. Al parecer, todo se debe a una indigestión producida por unas patatas revolconas en mal estado durante su juventud. Algunas fuentes anónimas afirman haber escuchado frases como «Pa’ estos, el Bershka. ¡Que se jodan!».

El fenómeno «Aquí van a poner un Zara»

Millones de veces se ha especulado con la inmediata construcción de un Zara en Ávila. Atendiendo a los rumores, existiría uno de estos comercios en siete de cada diez calles. Pero hay algunos emplazamientos alrededor de los cuales más ha girado esta posibilidad.

Sin duda, uno de los habituales ha sido el antiguo Hotel Continental, frente a la catedral y que, pese a todo, llevaba décadas abandonado. En su momento también se planteó la posibilidad de una reconversión de la difunta discoteca Aixa Galiana con idéntico resultado.

Pero la realidad es que cualquier abulense que se precie, ante las obras de un escaparate de grandes dimensiones, siempre dirá aquello de: «Aquí me han dicho que van a poner un Zara».

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En Ávila no pasamos frío, lo llevamos dentro. Lo contamos, lo exageramos y hasta lo echamos de menos cuando no está. Desde pequeños nos enseñan a enfrentarlo como un rito de paso, ya sea con bufanda sobre la armadura o con minifalda en pleno enero. Podemos estar tiritando, pero diremos que esto no es nada comparado con el invierno del 96. Porque aquí el frío no se sufre, se presume.
En Ávila nieva todos los años, pero para que un abulense de pura cepa sienta que ha sido una nevada como Dios manda, tienen que cumplirse ciertas condiciones: no poder mover el coche, salir en la tele y hundirse hasta el tobillo como mínimo. Y si además puedes practicar descenso en bolsa o patinaje artístico urbano, mejor. Aunque, eso sí, siempre habrá un jubilado diciendo que antes nevaba más… y con mamuts.
Hace apenas unos años habría parecido una broma, pero este diciembre más del 10% de los abulenses se declara independentista. Reclaman un país propio, una república monárquica, y hasta salir en los telediarios por algo más que la nieve o el frío.