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Reseña de Harry Potter y la piedra filosofal

Siempre fui muy reticente a leerme los libros de Harry Potter. Durante el momento de su eclosión mediática, cuando dio el salto a las salas de cine, me generó rechazo la enorme ola de seguidores que surgió de la nada. Al tiempo, El Señor de los anillos también llegaba a las taquillas y a mí, las historias del joven mago se me quedaban cortas. Con el paso de los años, conviví con personas que eran apasionadas de la saga y me acerqué un poco más al personaje, pero igualmente no conseguía atraerme tanto como otras novelas.

La pandemia ha traído cosas muy extrañas y una de ellas fue la de comprarme el primer volumen de J.K. Rowling en los meses que estuve en Valencia, por aquello de ajustar cuentas pendientes. Como dijo Borges, no hay que forzarse a leer a Shakespeare, porque llegará un momento en el que Shakespeare aparecerá en tu vida. Pues eso me pasó a mí con Harry.

Por encima de todo y como ya expresé en mi participación en “El donoso escrutinio”, Rowling ha conseguido algo que nadie había hecho jamás en los años recientes: que millones de niños y adolescentes de todo el mundo cerraran sus portátiles, apagaran sus videoconsolas y se pusieran a leer. Podríamos entrar a discutir si fue la película o el propio libro lo que provocó ese ejército de lectores, pero fuese como fuese, lo cierto es que lo logró.  Tras esto, cualquier reseña pierde su sentido, pues Harry Potter será mejor o peor desde un punto de vista literario, pero ha conseguido algo que otras obras, mucho más elogiadas o mejor escritas, jamás pudieron.

No hay que olvidar que “Harry Potter y la piedra filosofal” es un libro sobre niños para niños. Por tanto, no ha de ser una sorpresa el encontrarnos una trama simple y en muchas ocasiones predecible.  Partiremos de la vida del pequeño Harry en el mundo no mágico y lo acompañaremos durante su primer año en la escuela Hogwarts, donde descubrirá quién es y se enfrentará por primera vez al malvado Lord Voldemort.

La grandeza de la saga de J.K. Rowling es su capacidad de crear de la nada un universo, con reglas propias y personajes inconfundibles. Bien es cierto que no es Tolkien y que hay mucho material reciclado, pero esto no resta un ápice de importancia a la enormidad del ejercicio.  Para finalizar, me gustaría destacar la película, puesto que para mí, es una de las mejores adaptaciones de un libro que he visto. Fiel a la historia y sin desvirtuar la creación de Rowling, algo, por otro lado, que parece costar mucho a los directores de cine.

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Escrito por César Díez Serrano

1.m. Mamífero, ser animado racional que ha llegado a la edad adulta, con doble nacionalidad abulensevalenciana que dedica su tiempo libre a escribir tonterías. Nieto de Teodorillo el de Vallespín y la señora Tere, que hacían los mejores callos del mundo.

2.m. Intento de escritor aficionado que ha publicado, contra todo pronóstico, cuatro libros: la triología La edad de Acuario y El sueño de Connor.

3.m. Fundador de asociaciones y empresas de dudoso éxito nacional e internacional.

4.m. Tipo de ensalada originaria de los Estados Unidos y título de emperadores romanos.

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El confinamiento está siendo muy duro para todo el mundo y no iba a ser una excepción para los abulenses. En esta extraña época nos hemos visto obligados a trabajar en nuestras casas, lo que está produciendo graves alteraciones en la vida laboral de las gentes de Ávila. Por eso en el Gloucester Post hemos elaborado nueve consejos para que puedas seguir manteniendo tu día a día como si no pasara nada. Siguiendo estos consejos te parecerá que sigues yendo a tu lugar de trabajo ¡Vamos con ello!

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-Tip 1: Nuestro primer consejo es que prepares algunos útiles que necesitarás a primera hora. El día anterior mete en el congelador un espejo, una bolsa de hielos y deja espacio suficiente como para que entre un melón.
-Tip 2: A la mañana siguiente y justo antes de ponerte a trabajar, introduce la cabeza en el congelador durante 5 minutos y sal a la terraza otros 10 junto con el espejo que habías guardado. Si cierras los ojos podrás imaginar una típica mañana de diciembre abulense. Para darle más realismo, puedes conectar un ventilador y orientarlo hacia tu cara. Aprovecha para esparcir la bolsa de hielo en el suelo de la cocina.
-Tip 3: Tras el paso dos y sin entrar en calor, ponte a rascar el espejo con las manos desnudas hasta que quites la capa de hielo y recuerda esa sensación de rascar el coche. Intenta hacerlo cogiendo el bolso, un maletín o con las llaves de la mano.
-Tip 4: Vuelve a la cocina y camina sobre hielo que previamente habías vertido. Si lo has hecho bien, se habrá formado una superficie semi helada. Siente la estupenda sensación de no estamparte mientras te deslizas sobre ella.
-Tip 5: Lleva a tus hijos del salón a la cocina y diles que vais al colegio. Intenta ponerlos en estado nervioso con anterioridad para obtener un mayor realismo. Nota aclaratoria: Los padres que llevan a sus hijos al Diocesano no es necesario que metan el coche en el pasillo, ni que se despeatonalice la zona, pueden hacerlo andando.

¡Lleva a tu casa la esencia de una verdadera oficina abulense!

-Tip 6: Simula tu propio bar para tomarte un café: Pon a un familiar con un paño detrás de la mesa y pídele un café y que te haga los comentarios típicos de tu camarero habitual: “¿Qué tomamos? ¿Lo de siempre?”. Puedes tratar de copiar pinchos típicos de Ávila como las patatas del Mangas o los cojonudos del Bucanero.
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