A finales de los noventa, tres hermanas mellizas coparon las portadas de las principales revistas infantiles del momento. Gracias a su popular serie de televisión, lograron convertirse en uno de los personajes animados referentes en el panorama internacional. Pero ¿Qué fue de Las tres mellizas? Hoy veinte años después, mucho ha cambiado la vida para las actrices que interpretaron a Ana, Helena y Teresa. En el Gloucester Post repasamos su recorrido hasta la actualidad.
Fama, saraos y kilos de azúcar. El tremendo éxito de la serie televisiva Las tres mellizas, catapultó al estrellato a unas jóvenes chicas catalanas que alcanzaron unos rankings de audiencia desconocidos hasta la fecha. Sin embargo, varias décadas después su vida no ha sido la misma.
El Gloucester Post ha podido contactar en las últimas semanas con Yolanda Quitalcoche que interpretó a Teresa, una de las hermanas que actualmente vive en su apartamento de Barcelona y que gustosamente atendió a la llamada de nuestro medio. A sus treinta y tres años, no tiene ocupación conocida tras ver frustrada su carrera como actriz. Para ella, su papel en el popular programa fue el inicio de un drama familiar que le cambió la vida. “Fue una época muy difícil en la que el éxito hizo estragos en nuestra relación.” Su ojos envueltos en lágrimas ante nuestro micrófono, nos hicieron pensar que había mucho más que el simple final de su época como niñas prodigio y en efecto, así era. Los excesos en el consumo de caramelos, las orgías de juguetes y la estima de los fans, construyeron alrededor de estas hermanas una burbuja que les hizo separarse del mundo real. Y fue siempre así hasta que un hecho lo cambió todo.
En el año 2005 a consecuencia de un accidente en tractor, llegó la muerte a la Bruja Aburrida y con ella se desataron los rumores acerca de su relación con las chicas. “Esa mujer no cambiaba cuando terminaba el rodaje. Paseaba por Las ramblas vestida como en la serie y acababa llevando animales a su casa como si fueran personajes de cuento. Pase lo de los tres cerditos que lo llenaban todo de porquería, pero el día que se le ocurrió secuestrar a una niña rubia y meterla con un grupo de osos en la habitación ya fueron palabras mayores”. Aquel acontecimiento que fue tristemente borrado de los medios de comunicación por las autoridades de su localidad, impactó profundamente a las muchachas con las que convivía día a día. “Tenía mucho poder social por aquel entonces y hacía lo que la salía del papo”.
Esa fue la punta de un iceberg que mostró una multitud de abusos cometidos a lo largo del tiempo de emisión del célebre programa infantil. Detrás de los cientos de miles de fans que atosigaban a esas niñas inocentes, se encontraba uno de los peores virus que pueden afectar a un artista: el egocentrismo. “En nuestra convivencia con la Bruja aburrida, no éramos conscientes de las tontadas que hacíamos y nos creíamos divas. El día que la dio por meternos en el cuento del Ratoncito Pérez fue una auténtica carnicería que jamás se emitió, pero como nos veíamos por encima del mal y del bien, no tuvimos reparos en ir arrancando dientes a todo Badalona. Los chiquillos cambiaban la risa por la lágrima viva cuando llegábamos con las tenazas. Aún tenemos las manos manchadas de sangre”.
Cuando terminó la serie, los caminos de las otrora hermanas se bifurcaron y nada volvió a ser lo mismo. “Nos pilló la crisis de por medio y tuvimos que buscarnos la vida como pudimos. Hicimos muchas tonterías, incluso sacarnos una carrera. Yo terminé Ciencias Ambientales y aún tengo pesadillas por haber cometido semejante error”. Amparadas por el vicio, el encasillamiento y el fracaso en la apertura de nuevas oportunidades televisivas, su destino les llevó a una dramática espiral que acabó con la vida Mari Carmen Leguina que encarnaba a Teresa.
“Fue un salto muy grande y ya no solo por el hecho de tener que estudiar. También hubo que ayudar en casa, salir a echar currículums por las empresas de la ciudad e incluso hacer entrevistas para algunas. Ella no pudo soportarlo y acabó suicidándose con una grapadora.”
Las tardes de bocadillo de chocolate en la sala de estar, fueron sustituidas por el azote de las nuevas tecnologías y definitivamente las tres hermanas pasaron a la historia.
Muy apenada, Yolanda Quitalcoche relata la situación que vive la tercera en discordia, Paca Lozano que tras sus paso por Mujeres, hombres y viceversa fue contratada en una empresa de conservas. “Es muy injusto que alguien como ella se vea en una situación así. Tener que estar ocho horas en un trabajo para ganar dinero, después de haber sido tan famosas es inhumano.” Con esa terrible afirmación, la antigua estrella firma una frase que podría ser erigida como eslogan de toda una generación. Cientos de coetáneos de estas tres celebrities ven la cultura del trabajo diario y del esfuerzo constante como algo exótico, copando de masivamente los castings de los realities shows del momento.
A día de hoy nuestra entrevistada no se plantea ni tan siquiera la posibilidad de buscar empleo y sigue soñando con regresar a la pequeña pantalla. “Existe un proyecto para volver a interpretar a las Tres Mellizas veinte años después. El productor nos dijo que en cuanto resucitáramos a Mari Carmen firmaríamos contratos millonarios”.
Puede que tal promesa fuera realidad o simplemente una tomadura de pelo. Sea como sea, la dramática historia de estas actrices ha manchado para siempre la historia de la interpretación española y lo peor de todo es que gracias a telecinco, miles de compañeros suyos están condenados al mismo final. Disfruten lo votado.
